miércoles, 25 de abril de 2012

La Capital

Mi estrella luminosa ha muerto,
las tinieblas cobijan mis manos
y el infierno me susurra un arrullo.
En la noche desespera mi soledad,
casto de gloria me arrodillo ante el altar
y me quiebro de dolor putrefacto
sangrando palabras
que solo evocan la perfeccion
de un corazon que ya no es el mio.
Ya no hay amor dentro mio,
mis ojos ciegos de luz
solo pueden callar mi alma,
el silencio gritar mi ausencia
la muerte acunarme en su regazo
y yo solo llorar mis heridas.
Juan - Príncipe Gótico 
15.12.11

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